Endodoncia se refiere al interior (endo) de los dientes (doncia). La pulpa dental es el tejido que se encuentra en el interior de los dientes, y está compuesto de nervios, vasos sanguíneos y células especializadas (entre otros). Su función principal es formar el diente y, en segunda instancia, percibir estímulos externos.

La Endodoncia, como especialidad odontológica, está dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la pulpa dental y de los tejidos circundantes afectados (ligamentos de sostén o periodontales).
La Endodoncia ha sido considerada una de las ocho especialidades dentales reconocidas por la American Dental Association (ADA) en Estados Unidos en el año 1963.
El Endodoncista es un odontólogo especializado en el tratamiento de conductos radiculares y que requiere haber seguido un programa avanzado de estudios durante dos años.
La avanzada destreza adquirida en los tratamientos tanto endodónticos como quirúrgicos (cirugía apical) hace de ellos los únicos profesionales calificados para tratar casos de rutina como de alta complejidad. Además tienen la capacidad para el manejo de casos de pacientes comprometidos sistémicamente, con traumatismos múltiples o pacientes con anatomía radicular compleja que exigen la mayor preparación y experiencia.
Estos especialistas de manera ideal debe certificarse cada cinco años ante el Consejo Mexicano de Endodoncia, lo cual los obliga a participar en cursos de educación continua en todas sus variables, seminarios, reuniones científicas, literatura especializada, docencia además del tiempo que continúan con su práctica clínica. El propósito es mantener los conocimientos científicos actualizados en investigación, procedimientos y tecnología moderna.
Dependiendo del caso puede tomar una o varias citas.
Entre las causas más frecuentes que originan que la pulpa dental se enferme están:
- Caries dentales
- Restauraciones profundas o extensas
- Procedimientos dentales previos
- Trauma (Accidentes)
La acción de diversos irritantes pueden enfermar la pulpa dental causando inflamación aunque permanezca vital el tejido, lo que se manifiesta como sensibilidad a los cambios térmicos o dolor espontáneo, lo que indica la necesidad de realizar un tratamiento de conductos.
Si esta pulpitis (inflamación pulpar) no es tratada puede necrosarse (morir) y en este caso hay ausencia de respuesta parcial o total a los cambios térmicos. La suma de la pulpa en estado de descomposición, la presencia de bacterias y células muertas pueden afectar o no los tejidos circundantes del diente y puede establecerse un cuadro de agudización que se caracteriza por dolor intenso e hinchazón. Al masticar o percutir (golpear) puede haber mucho dolor. A medida que la infección avanza se puede observar o no en una radiografía periapical, se puede ver como una sombra radiolúcida (sombra negra) en la punta de la raíz que puede involucrar una o varias raíces. En esos casos, es recomendable hacer un tratamiento de endodoncia, que puede tomar una o varias citas de acuerdo al criterio del médico tratante.
No debe serlo.
Hoy en día existen diversas técnicas de anestesia que evitan las molestias durante la cita. Al completar el tratamiento puede existir molestias durante dos o tres días que con cualquier analgésico puede ser controlada. En algunas ocasiones cuando son tratamientos más complejos puede el paciente necesitar antibióticos y analgésicos mas particulares, pero es muy importante en caso de sentir síntomas comunicarse con su endodoncista para que le dé instrucciones.
